Hernia Inguinal Pediátrica
La hernia inguinal pediátrica es una condición en la cual una porción del intestino o tejido abdominal protruye a través de un punto débil en la pared abdominal, específicamente en la región inguinal. Esta afección es más común en niños, especialmente en aquellos nacidos prematuramente. La incidencia varía entre el 1% y el 5% en la población pediátrica, siendo más frecuente en varones que en niñas.
Diagnóstico y Síntomas
Los padres suelen notar una protuberancia en la ingle o el escroto del niño, que puede hacerse más evidente cuando el niño llora, tose o realiza algún esfuerzo. Esta protuberancia puede desaparecer cuando el niño está relajado o acostado. Aunque muchas hernias son indoloras, algunas pueden causar molestias o dolor, especialmente si el contenido herniario queda atrapado, lo que se conoce como incarceración.
Tratamiento Quirúrgico
La reparación quirúrgica es el tratamiento de elección para las hernias inguinales en niños, ya que existe el riesgo de incarceración o estrangulación del contenido herniario, lo que puede comprometer el suministro de sangre al intestino y provocar complicaciones graves. Cirugía de hernias pediátricas La técnica quirúrgica tradicional implica una pequeña incisión en el pliegue inguinal, a través de la cual se identifica y se liga el saco herniario en su base. Esta técnica ha demostrado ser segura y efectiva, con bajas tasas de recurrencia y cicatrices mínimas.
En los últimos años, la reparación laparoscópica ha ganado popularidad como alternativa a la cirugía abierta. Esta técnica mínimamente invasiva permite una visualización directa de ambas regiones inguinales, lo que facilita la identificación de hernias bilaterales no detectadas previamente. Además, la laparoscopia puede reducir el tiempo operatorio en casos bilaterales y ofrecer una recuperación más rápida. Sin embargo, la elección entre la técnica abierta y la laparoscópica debe individualizarse según las características del paciente y la experiencia del cirujano.
Otoplastia Infantil
La otoplastia infantil es un procedimiento quirúrgico diseñado para corregir deformidades o anomalías en la forma, posición o proporción de las orejas. Las deformidades auriculares pueden ser congénitas o adquiridas y, aunque no suelen afectar la audición, pueden tener un impacto significativo en la autoestima y el bienestar psicológico del niño.
Indicaciones para la Otoplastia
Las indicaciones más comunes para la otoplastia en niños incluyen:
Orejas prominentes o en asa: cuando las orejas sobresalen más de lo normal.
Deformidades congénitas: como la oreja constricta o la ausencia parcial de estructuras auriculares.
Asimetría auricular: diferencias notables en tamaño o forma entre ambas orejas.
Edad Recomendada para la Cirugía
Se recomienda que la otoplastia se realice una vez que las orejas hayan alcanzado su tamaño casi completo, lo que suele ocurrir alrededor de los 5 o 6 años de edad. Realizar la cirugía a esta edad permite corregir la deformidad antes de que el niño comience la escuela primaria, reduciendo así el riesgo de burlas o comentarios negativos por parte de sus compañeros.
Procedimiento Quirúrgico
La otoplastia generalmente se realiza bajo anestesia general en niños pequeños y bajo anestesia local con sedación en niños mayores o adolescentes. Cirugía de anquiloglosia en niños La técnica quirúrgica varía según la deformidad a corregir, pero comúnmente implica una incisión detrás de la oreja, la remodelación o reposicionamiento del cartílago auricular y la sutura para mantener la nueva forma y posición. El objetivo es lograr una apariencia natural y simétrica que esté en armonía con las demás características faciales.
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